martes, 8 de noviembre de 2011

Adiós Alfonso Cano

El pueblo dice que a cada cochino le llega su diciembre, y remata que la muerte está tan segura de alcanzarnos que nos da toda una vida de ventaja. El ejército colombiano despachó al máximo líder de las Farc después de un cerco militar que carga de cabeza a los barbudos, y que le debe estar causando tremendo escozor al parásito Fidel Castro. El verdadero ejército y verdadero vecino de Huguito hoy está cercado por un ejército dotado de helicópteros y aviones que no se desploman solos.
Deje de admirar a los grupos guerrilleros de Colombia un día domingo, 26 de febrero de 1.995, cuando estos tomaron un puesto fronterizo y asesinaron a ocho soldados venezolanos, ocho hombres que huyendo de la miseria y el desempleo, entraron a formar parte de un ejército sin buenas comunicaciones, y solo consiguieron la muerte. Ya se que van a decir que no fue las Farc, que fue el ELN, pero para mi son la misma vaina, vulgares asesinos, secuestradores y extorsionistas.
Las Farc recibieron el beso de la muerte por parte de Huguito, la pava que camina por América Latina, los carga locos, ya no existe monte seguro; aunque hay que agregar que para la izquierda en Colombia no hay lugar seguro. Pero hay algo que alabar del difunto Cano y es su valentía, murió enfrentado a su peor enemigo, no corrió cuando los aviones sobrevolaron su escondite, no hizo lo de Bernal y Diosdado en los días del golpe de abril, y eso, en un mundo lleno de grandes habladores de forraje, tiene su mérito. Descansa en Paz, Alfonso...

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